domingo, 12 de junio de 2011

Tiempos bárbaros

El 15M es la perturbación antidemocrática más grave que ha vivido España desde el 13-M pero acaso forman parte de la misma sustancia. Como ramas del mismo árbol, el 15M es hija de la agitación que sacudió España desde que en 2000 el PP ganó por mayoría absoluta, desatando un odio inusitado del establishment progre que no podía tolerar que la derecha ocupase el poder más de una legislatura. El PSOE, convencido de ser el PRI español sacó la artillería y un cerco inmisericorde se ciñió sobre Aznar y su gobierno acusados de franquistas, ultraderechistas y asesinos. No-a-la-guerra y Nunca-Mais se fusionaron en un 13-M metafísico, verdadera obra de arte del agit-prop que consiguió convertir al gobierno en el culpable del atentado...

...cuando por fin recuperaron el poder y tras pasar por España como una tribu de vándalos, empeorando todos los índices económicos, sociales y políticos, el establishment progre se encontraba en el máximo descrédito al borde de una derrota electoral histórica. Entonces, cinco días antes de las elecciones surge un misterioso movimiento que desafiando las leyes y a las autoridades lanza un mensaje confuso: la culpa de lo que sucede no es del gobierno, lo que sería lógico tras siete años con la responsabilidad de dirigir el país, sino que oposición y gobierno comparten la misma culpa. Extraño mensaje que no resiste el menor análisis intelectual.

Así pues el 15M regresa a sus cuarteles de invierno para afilar sus armas, preparar sus twitters y facebooks con tranquilidad. Es el rumor que precede a la gran batalla: las elecciones generales. El 15M bajo los auspicios de ese gran mariscal de Sol que es Rubalcaba, lanzará su turba sobre el PP en una reedición facebookeada del 13M. Vamos a ver una buena traca de luz y color. El 15M, el ejército de Rubalcaba, hará pagar un precio muy alto al PP si quiere ganar las elecciones y, una vez ganadas, desatará un vendaval de enfrentamiento civil, de deterioro institucional para imposibilitar el gobierno, para desbaratar cualquier intento por enderezar este país. Nos esperan tiempos bárbaros.