domingo, 10 de febrero de 2013

Caida y decadencia del Imperio Chino

Es imposible que China sea el futuro. Una dictadura no puede ser el futuro. Un lugar donde se cometen violaciones de los derechos humanos no puede albergar la fuerza necesaria para desencadenar las innovaciones que den lugar a crecimientos sostenidos de la productividad. China ha crecido de forma espectacular porque era un país venido de la nada y bastaba introducir capital de forma masiva para obtener rendimientos de ese país descomunal. La máquina demográfica haría el resto y las fuerzas de la modernidad se abrirían paso por las fauces del dragón chino. Así ha sido, pero todo apunta a que el crecimiento se ralentiza y aparecen burbujas por todos lados. En 2013 el crecimiento chino será del 7%, con un yuan artificialmente depreciado, una corrupción rampante y una falta total de progreso político hacia una sociedad moderna. Freedom House situa a China entre los peores países del mundo en cuando a respeto por los derechos humanos, solamente por encima de países como Arabia Saudí y Guinea Ecuatorial.

"Es imposible mantener en una tensa sujeción política la existencia personal de los individuos, sus actividades económicas, su manera de pensar y sus actividades creativas y, a un tiempo, contar con personas francas y honestas, con empresarios emprendedores o científicos genuinamente creadores, con maestros y artistas. Sin vitalidad social, el progreso y la modernización se limitan, en el mejor de los casos, a un crecimiento desnaturalizado, obligado a un continuo rendimiento de impulso político y dependiente de una imitación de lo que ya se ha realizado en otras partes...." China, la más antigua civilización existente. Caroline Blunde y Mark Elvin.

Efectivamente. No hay progreso sin creatividad, porque la creatividad impulsa la innovación. Tampoco hay progreso sin un marco jurídico estable. No es casualidad que la Revolución Industrial tuviese lugar en el país que dio origen al parlamentarismo moderno dejando atrás las arbitrariedades del Antiguo Régimen. Sin justicia independiente y libertad de prensa no se podrá atajar la corrupción que pudre el sistema chino.

Aquellos que consideran que la democracia no puede florecer en China por su cultura confuciana y otras majaderías semejantes o que la democracia es un invento occidental deberían mirar el ejemplo de Taiwán, Corea y Japón, sociedades prósperas y modernas donde la democracia está consolidada. Taiwán, que no deja de ser China, es una democracia plena y moderna.

Por otro lado hay mucha tensión social en China: su índice de Gini es 0.49. Aunque Shanghai tenga una renta per cápita y esperanza de vida a niveles medios europeos, en el interior de China millones de personas viven con dos dólares diarios de renta.

¿Se democratizará China? Esa es la gran pregunta que nadie responde. Si la respuesta es sí, las tensiones en el estrecho de Taiwán desaparecerán y también el primo de Zumosol de Corea del Norte dejará de serlo. Ningún partido aguanta más de 74 años en el poder. Me irritan los análisis puramente económicos que soslayan el gran problema de nuestro tiempo: que la mayor economía del mundo sea también la mayor dictadura del mundo.